BUENOS AIRES.- La llegada de embarazadas con pasaporte ruso a la Argentina no comenzó este año, cuando la jefa de la Dirección Nacional de Migraciones alertó que le parecía raro que llegaran al aeropuerto internacional de Ezeiza en un mismo avión, más de 30 mujeres cercanas a la fecha de parto. Ya en diciembre, el Hospital Fernández, en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, registraba que uno de cada dos partos correspondían a ciudadanas rusas que, escapando de la guerra y el reclutamiento de sus esposos, de la hostilidad hacia los rusos en Europa y de la degradación del prestigio de su pasaporte de origen, decidían venir a la Argentina.

El director del Hospital Fernández, Ignacio Previgliano, confirmó la creciente atención de embarazadas rusas en ese centro de salud desde los últimos seis meses y negó que se atiendan menos pacientes argentinas por dicha cuestión.

En el cuarto piso del Hospital Fernández, el fenómeno se expresa -relata el diario español “El Mundo”- en los carteles en ruso que explican ciertas reglas a seguir en la Sala de Maternidad.

Previgliano le dijo a Radio Nacional que “en diciembre hubo 37 partos de ciudadanas rusas sobre los 83 partos totales. Es decir, casi el 50% de los partos realizados en el hospital fueron a ciudadanas rusas”. También explicó que ya en agosto hubo partos y que, “en septiembre, hubo un incremento de ciudadanas rusas que acudían al materno infantil con embarazos de 26 y 26 semanas”. Confirmó, además, que, hacia mediados de febrero ya habían asistido a entre 7 y 8 partos y que en enero hubo 27 partos de mujeres de nacionalidad rusa sobre 102 en total, es decir, entre el 25 y el 30%.

El fenómeno no sólo está relacionado con la gratuidad del sistema de salud en el país, sino que el incremento también se ve en sanatorios privados. Por ejemplo, contó, el Finocchietto, “de sus 150 partos, hubo 43 de ciudadanas rusas”.

No todas se quedan, según denunció Florencia Carignano, la funcionaria de Migraciones que alertó sobre posibles delitos detrás de ese “turismo de parto”. De más de 10.000 que ingresaron, cerca de 7.000 dejaron el país después del parto.

Algunas sí deciden permanecer en el país y hacer una vida acá. Es el caso de Alla Prigolovkina y su esposo Andrei Ushakov una pareja rusa que llegó a la Argentina a mediados de 2022 y se instaló en Mendoza.

A la travesía para salir por tierra hacia Georgia y llegar en vuelo vía Turquía y Brasil, la encararon en agosto, con un embarazo avanzado de Alla. Temían que Andrei fuera convocado a la guerra contra Ucrania y querían que su niño, Lev, nazca en un país que le ofrece un pasaporte con mejor reputación que el ruso.

Todos los niños nacidos en Argentina reciben la nacionalidad sin importar el origen de sus padres, los cuales a su vez pueden radicarse en el país, solicitar la ciudadanía y luego tramitar el pasaporte argentino.

“Queríamos que nuestro bebé tenga la oportunidad de no ser solamente ruso, con un único pasaporte porque no puedes hacer nada ahora, no puedes acceder a tarjetas de banco u obtener documentos normales”, explicó la mujer de 34 años, una entrevista con un medio europeo.

Según cifras oficiales, 22.200 rusos ingresaron a Argentina solo en el último año, entre ellos 10.777 mujeres, muchas con embarazos avanzados.

Un dato grafica la magnitud del fenómeno: en enero de 2022, justo antes de la invasión a Ucrania, eran 1.037 rusos los que ingresaron al país. Un año después fueron 4.523.